Por Andrea Rueda
Del 11 al 13 del pasado mes de
Octubre se llevó a cabo en la
Ciudad de Salta, el XXIX Encuentro Nacional de Mujeres,
conocido como el Encuentro de Mujeres Autoconvocadas.
Muchos son conocedores de lo que
ocurre en dichos Encuentros (aunque por la falta de asistencia parecen
olvidarlo); sin embargo, otros no están al tanto.
“Durante los días en que se
desarrolla el Encuentro, mujeres trabajadoras, científicas, artistas,
militantes políticas, originarias, sindicalistas, “religiosas” (¿?), rurales, desocupadas, amas de casa,
intelectuales, profesionales y estudiantes de distintas provincias y de América
Latina, nos reuniremos, abriremos el
dialogo y debatiremos temas como: Mujer y Feminismo, Familia, Sexualidad,
Lesbianismo…, Salud, Derechos Sexuales y Reproductivos, Anticoncepción y
Aborto, Trata de Personas, etc.” es básicamente la explicación de la comisión
organizadora para darse a conocer.
Ahora bien, el motivo principal
de estos Encuentros es promover el libertinaje de la mujer, que aparece ante
sus ojos como oprimida por la sociedad (marxismo puro) rebelándose contra Dios
principalmente, y contra todo lo que evoque una jerarquía, ya sea en el trabajo
o en la casa. No por nada uno de sus lemas mas conocidos es: “ni Dios, ni patrón,
ni marido”
Se pretende igualar la mujer al
hombre, pero no en virtud de su Dignidad, sino negando las diferencias naturales
que distinguen al sexo masculino del femenino.
El resultado: una mujer
animalizada, simplemente por el hecho de querer equiparar en todos los aspectos
la mujer al hombre. Así pierde justamente su esencia, lo que la hace mujer,
perdiendo, entonces, su dignidad.
“Los Encuentros Nacionales de
Mujeres- continúa la presentación de la comisión- con su espíritu autónomo,
autoconvocado, autofinanciado, pluralista, democrático y horizontal, sumado al
incansable trabajo de mujeres argentinas, lograron, a través del tiempo, la
reforma y la sanción de legislación de familia, la patria potestad compartida,
el divorcio vincular, la pensión a concubinas, ley de Reproducción Sexual, ley
de Anticoncepción Quirúrgica, ley de Educación Sexual Integral, ley de
Matrimonio Igualitario, ley de Identidad de Género, entre otras”.
Sí, sí; para los que piensan que
estos Encuentros son pérdida de tiempo, han de saber que de dichos talleres -donde
se “debaten” temas de moral- se elevan proyectos de ley que luego de su
“estudio” son sancionados. Y, “casualmente” son las leyes perniciosas que
tenemos hoy en día. Por eso, es importante que se tome conciencia y se participe
de dichos encuentros. Cristo y María Santísima son insultados de todos los
modos posibles; no podemos quedarnos de brazos cruzados. Hemos de rezar, pero
también hay que actuar. Ser cruzados de Cristo, ser los soldados de Cristo que
exige el sacramento de la Confirmación.
La gran bandera que enarbolan es
la Cultura de
la Muerte. Las
mujeres que defendemos la vida en todos sus aspectos, somos maltratadas verbal
e incluso físicamente.
Puede que muchos digan que
parase delante de unos meros ladrillos (hemos de recordar aquí que esas paredes
representan toda la Iglesia de Cristo y mancharlas significa una afrenta al
catolicismo en general; como si alguien embarrara la bandera argentina, símbolo
de nuestra patria) es provocarlas. Y hemos de responder que no. Fácil es
explicarlo: si la ofensa, ultraje, injuria es pública, la reparación ha de ser
pública también.
Su gran objetivo, que por pura
Gracia de Dios no han conseguido, es la legalización del aborto. “Aborto legal, seguro y gratuito” dice su lema. En pocas
palabras, quieren que se legalice el asesinato de niños por nacer, totalmente
indefensos, convirtiendo el seno materno, que debería protegerlos durante la gestación,
en una tumba. No entraremos en detalles de circunstancias, porque sea el caso
que sea, se trata de un asesinato.
Se reclaman derechos negando el
derecho fundamental, sin el cual no podrían existir los demás derechos: el
derecho a la vida. Y olvidemos totalmente los deberes que conlleva cada
derecho. Es la eterna disputa entre la
Vida y la
Muerte.
Detrás de todo este verdadero
aquelarre, se escucha la risa y voz burlona del Embustero, parodiando la
entrega de amor verdadero de Nuestro Señor y convirtiéndola en burla y grito de
rebeldía: “Este es Mi Cuerpo”. Oponiendo al acto más grande de Amor al acto más
grande de egoísmo.
Al realizarse en Salta, una
ciudad llena de historia y heroísmo, uno pensaría que, conociendo los
antecedentes de estos Encuentros y de su “marcha”, los tan aguerridos
“Infernales” de Güemes (gauchos guerreros de elite) se harían presentes para
custodiar los restos mortales de su General, que descansan en la Catedral de la Ciudad. Pero no. Otra muestra
de la pérdida de respeto por los Grandes de la Patria. Sin embargo, frente a
las hordas enardecidas de mujeres, que se presentaban con el torso desnudo
haciendo toda clase de actos impúdicos, y, vuelvo a repetir, verdaderos
aquelarres, parte del pueblo salteño tuvo la valentía de situarse frente a este
espectáculo y rezar el Ave Maria, de
eficacia tan conocida, para reparar los actos blasfemos que se realizaban.
Seguramente, el Gran General habrá estado arengando a su pueblo, que se hizo
presente en defensa de la Vida, la Verdad y la Patria.
El próximo Encuentro se
realizará en la ciudad de Mar del Plata. Como todos los años, necesitamos
mujeres interesadas en formarse adecuadamente para defender la vida, y hombres
valientes dispuestos a defender el honor de Nuestro Señor y de Nuestra Señora,
reparando con oración y el sacrificio las ofensas realizadas a Sus Nombres.
Desde ya agradecemos las
oraciones y sacrificios que se ofrecen por esta causa y sin las cuales no tendríamos
el auxilio necesario para participar de estos Encuentros.
Para terminar, cito las
peticiones de la Oración
Simple de San Francisco de Asís, que se aplican perfectamente
a esta lucha:
“SEÑOR: haz de mi un instrumento de tu
paz:
Donde haya odio, ponga yo amor;
Donde haya ofensa, ponga yo perdón;
Donde haya discordia, ponga yo armonía;
Donde haya error, ponga verdad;
Donde haya duda, ponga la fe;
Donde haya desesperación, ponga esperanza;
Donde haya tinieblas, ponga luz;
Donde haya tristeza, ponga alegría”.
Que María Santísima, Reina del
Buen Combate, nos alcance del Señor la gracia de ser valientes, fieles y
coherentes en nuestra fe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario