domingo, 9 de noviembre de 2014

A un mes de Salta




Por Andrea Rueda


Del 11 al 13 del pasado mes de Octubre se llevó a cabo en la Ciudad de Salta, el XXIX Encuentro Nacional de Mujeres, conocido como el Encuentro de Mujeres Autoconvocadas.

 Muchos son conocedores de lo que ocurre en dichos Encuentros (aunque por la falta de asistencia parecen olvidarlo); sin embargo, otros no están al tanto.


 

 “Durante los días en que se desarrolla el Encuentro, mujeres trabajadoras, científicas, artistas, militantes políticas, originarias, sindicalistas, “religiosas” (¿?), rurales, desocupadas, amas de casa, intelectuales, profesionales y estudiantes de distintas provincias y de América Latina, nos reuniremos, abriremos el dialogo y debatiremos temas como: Mujer y Feminismo, Familia, Sexualidad, Lesbianismo…, Salud, Derechos Sexuales y Reproductivos, Anticoncepción y Aborto, Trata de Personas, etc.” es básicamente la explicación de la comisión organizadora para darse a conocer.

 Ahora bien, el motivo principal de estos Encuentros es promover el libertinaje de la mujer, que aparece ante sus ojos como oprimida por la sociedad (marxismo puro) rebelándose contra Dios principalmente, y contra todo lo que evoque una jerarquía, ya sea en el trabajo o en la casa. No por nada uno de sus lemas mas conocidos es: “ni Dios, ni patrón, ni marido”

 Se pretende igualar la mujer al hombre, pero no en virtud de su Dignidad, sino negando las diferencias naturales que distinguen al sexo masculino del femenino.

 El resultado: una mujer animalizada, simplemente por el hecho de querer equiparar en todos los aspectos la mujer al hombre. Así pierde justamente su esencia, lo que la hace mujer, perdiendo, entonces, su dignidad.

 “Los Encuentros Nacionales de Mujeres- continúa la presentación de la comisión- con su espíritu autónomo, autoconvocado, autofinanciado, pluralista, democrático y horizontal, sumado al incansable trabajo de mujeres argentinas, lograron, a través del tiempo, la reforma y la sanción de legislación de familia, la patria potestad compartida, el divorcio vincular, la pensión a concubinas, ley de Reproducción Sexual, ley de Anticoncepción Quirúrgica, ley de Educación Sexual Integral, ley de Matrimonio Igualitario, ley de Identidad de Género, entre otras”.


 Sí, sí; para los que piensan que estos Encuentros son pérdida de tiempo, han de saber que de dichos talleres -donde se “debaten” temas de moral- se elevan proyectos de ley que luego de su “estudio” son sancionados. Y, “casualmente” son las leyes perniciosas que tenemos hoy en día. Por eso, es importante que se tome conciencia y se participe de dichos encuentros. Cristo y María Santísima son insultados de todos los modos posibles; no podemos quedarnos de brazos cruzados. Hemos de rezar, pero también hay que actuar. Ser cruzados de Cristo, ser los soldados de Cristo que exige el sacramento de la Confirmación.

 La gran bandera que enarbolan es la Cultura de la Muerte. Las mujeres que defendemos la vida en todos sus aspectos, somos maltratadas verbal e incluso físicamente.

 Puede que muchos digan que parase delante de unos meros ladrillos (hemos de recordar aquí que esas paredes representan toda la Iglesia de Cristo y mancharlas significa una afrenta al catolicismo en general; como si alguien embarrara la bandera argentina, símbolo de nuestra patria) es provocarlas. Y hemos de responder que no. Fácil es explicarlo: si la ofensa, ultraje, injuria es pública, la reparación ha de ser pública también.

 Su gran objetivo, que por pura Gracia de Dios no han conseguido, es la legalización del aborto. “Aborto  legal, seguro y gratuito” dice su lema. En pocas palabras, quieren que se legalice el asesinato de niños por nacer, totalmente indefensos, convirtiendo el seno materno, que debería protegerlos durante la gestación, en una tumba. No entraremos en detalles de circunstancias, porque sea el caso que sea, se trata de un asesinato.

 Se reclaman derechos negando el derecho fundamental, sin el cual no podrían existir los demás derechos: el derecho a la vida. Y olvidemos totalmente los deberes que conlleva cada derecho. Es la eterna disputa entre la Vida y la Muerte.

 Detrás de todo este verdadero aquelarre, se escucha la risa y voz burlona del Embustero, parodiando la entrega de amor verdadero de Nuestro Señor y convirtiéndola en burla y grito de rebeldía: “Este es Mi Cuerpo”. Oponiendo al acto más grande de Amor al acto más grande de egoísmo.


La gravedad de lo tratado en los talleres solo es superado por las atroces blasfemias que se hacen a Nuestro Señor y a Nuestra Señora durante la marcha que se realiza el día Domingo al concluir los talleres. De esta, siempre se desprende una columna que va directamente a la Catedral para cometer toda clase de actos horrorosos, desde agresiones a quienes intentan evitar profanaciones, hasta relaciones sexuales públicas. Y ante todo esto, ninguna jerarquía, ninguna autoridad, ninguna cabeza hace nada. La fuerza pública, que debería poner orden, se encuentra con las manos atadas, dicho por los mismos integrantes de la policía, que tenían ordenes de no hacer nada, órdenes dadas desde arriba, arriba, arriba (así nos contaron los mismos efectivos de la policía salteña).


 Al realizarse en Salta, una ciudad llena de historia y heroísmo, uno pensaría que, conociendo los antecedentes de estos Encuentros y de su “marcha”, los tan aguerridos “Infernales” de Güemes (gauchos guerreros de elite) se harían presentes para custodiar los restos mortales de su General, que descansan en la Catedral de la Ciudad. Pero no. Otra muestra de la pérdida de respeto por los Grandes de la Patria. Sin embargo, frente a las hordas enardecidas de mujeres, que se presentaban con el torso desnudo haciendo toda clase de actos impúdicos, y, vuelvo a repetir, verdaderos aquelarres, parte del pueblo salteño tuvo la valentía de situarse frente a este espectáculo y rezar el Ave Maria, de eficacia tan conocida, para reparar los actos blasfemos que se realizaban. Seguramente, el Gran General habrá estado arengando a su pueblo, que se hizo presente en defensa de la Vida, la Verdad y la Patria.

 El próximo Encuentro se realizará en la ciudad de Mar del Plata. Como todos los años, necesitamos mujeres interesadas en formarse adecuadamente para defender la vida, y hombres valientes dispuestos a defender el honor de Nuestro Señor y de Nuestra Señora, reparando con oración y el sacrificio las ofensas realizadas a Sus Nombres.

 Desde ya agradecemos las oraciones y sacrificios que se ofrecen por esta causa y sin las cuales no tendríamos el auxilio necesario para participar de estos Encuentros.

 Para terminar, cito las peticiones de la Oración Simple de San Francisco de Asís, que se aplican perfectamente a esta lucha:



SEÑOR: haz de mi un instrumento de tu paz:

Donde haya odio, ponga yo amor;

Donde haya ofensa, ponga yo perdón;

Donde haya discordia, ponga yo armonía;

Donde haya error, ponga verdad;

Donde haya duda, ponga la fe;

Donde haya desesperación, ponga esperanza;

Donde haya tinieblas, ponga luz;

Donde haya tristeza, ponga alegría”.



Que María Santísima, Reina del Buen Combate, nos alcance del Señor la gracia de ser valientes, fieles y coherentes en nuestra fe.



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